Yo, escritora

Siempre escribo

La escritura en mi vida siempre estuvo ahí, latente. A veces como forma de expresarme cuando no puedo decir en palabras mis sentimientos. A veces como forma de registrar mi día a día, escribiendo en mi cuaderno cosas que en unos años me va a gustar leer. También escribo reseñas de libros que me gustan mucho para que, si alguna vez me olvido por qué me encariñe tanto con algún personaje o por qué interiormente tengo tantas ganas de leer otro relato del autor, pueda volver a esa reseña. 

En mi cuaderno escribo de todo un poco, la mayoría de las veces sin reglas, condiciones o estructura. Escribo. Dejo que la mano y la mente se conecten y creen arte. Escribo en todos lados, todo el tiempo porque así es como me sale mejor comunicarme con otros, conmigo misma. Incluso con personajes ficticios, en donde la única forma de comunicarme es a través de la escritura. Un poco por eso elegí esta carrera. 

Cuando digo que la escritura siempre estuvo latente en mí recuerdo cuando recién aprendía a escribir y todas las paredes de mi casa terminaron con las letras de mi nombre en distintos colores. O cuando le escribía cartas a mis amigas en el medio de la clase de matemática. Y si bien ahora no pinto las paredes de mi habitación ni dejó de prestar atención para escribirle a mis amigas, siempre escribo.

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